En vez de Monarquía de Partidos Estatales, República Constitucional de ciudadanos libres.
En vez de Partidos Estatales, Partidos de la Sociedad Civil.
En vez de Partidos financiados y pagados por el Estado, Partidos de la Sociedad pagados y financiados por los afiliados.
En vez de Partidos institucionalizados, Partidos de la Sociedad Civil, implicados en los barrios, los pueblos, las ciudades, las comarcas y las regiones.
En vez de Partidos a la conquista del poder, partidos que luchan por los ciudadanos, por la libertad política y por la libertad de pensamiento.
En vez de Listas de Partido en circunscripciones provinciales, Candidaturas uninominales, de personas responsables y en distritos pequeños.
En vez de Sistema Electoral proporcional corregido con la Ley d´ Hont, sistema mayoritario a doble vuelta.
En vez de elecciones administrativas para elegir diputados y Presidente de Gobierno a la vez, elecciones políticas separadas entre si, para elegir por separado al Presidente del Gobierno y Jefe del Estado por un lado, y otras elecciones para la Cámara de Representantes (Congreso de los Diputados o Asamblea Nacional).
En vez de un solo poder con separación de funciones, dos poderes separados en origen (Legislativo y Ejecutivo), y una Justicia independiente, para que unas ambiciones vigilen a otras... para que podamos hablar realmente de Democracia.
En vez de Tribunal Constitucional como máxima instancia judicial, -nombrado y elegido por los partidos políticos-, Tribunal Supremo constituido al margen de la influencia del parlamento y del gobierno.
En vez de diputados irresponsables instalados en Madrid, diputados de distrito con oficina y residencia en la comarca por la que fueron elegidos, en contacto permanente con sus vecinos-electores y con posibilidad de revocarlos si no cumplen lo acordado con los electores, y por lo cual fueron elegidos.
En vez de Congreso de los Diputados y Senado, una sola Cámara de Representación de 400 representantes de todos los Españoles, con un solo sueldo pagado por el distrito, no por el Estado.
Elecciones para alcaldes, separadas de las elecciones a concejales, en candidaturas también uninominales y a doble vuelta. El Alcalde en distrito único de todo el pueblo o ciudad, y los concejales por distritos o barrios.
En vez de concejales elegidos en listas de partidos, concejales elegidos en candidaturas de distrito y que representan a sus vecinos en el Ayuntamiento, y no al partido.
Los partidos politicos son la consecuencia lógica de la libertad de asociación por eso no deben ser partidos del Estado. Su lugar propio es la sociedad. Las personas elegidas así, podrán pertenecer a cualquier partido y tener ideologías diversas, pero en las instituciones representarán a los ciudadanos, no a los partidos.
En vez de "consenso" (que es reparto y negación de la política), la regla de la mayoría, que es la democracia.
En vez de de resignación partidocrática, acción social de la valentía, de la razón y de la inteligencia.
En vez de Indignación, Revolución de la libertad.
Consejo Legislativo frente a Gobiernos que legislan impropiamente.
Plenos de Ayuntamientos que puedan controlar a los alcaldes en lugar de Alcaldes controladores de concejales de listas de partido.
Democracia frente a Partidocracia.
República frente a Monarquía.
Libertad de pensamiento, Libertad Política, Libertad Colectiva.
Libertad Constituyente frente a una Constitución otorgada en 1978, que el pueblo español no pudo conquistar en un periodo de libertad constituyente tras la muerte del dictador en la cama, y después de la traición de la oposición, que habiendo firmado un documento de compromiso con la Ruptura Democrática en el seno de la Platajunta, finalmente prefirió el vergonzoso Pacto de la Transición acordado con los franquistas.
En vez de acudir a votar en las urnas de la servidumbre voluntaria, a partidos monárquicos financiados y subvencionados por el Estado, abstención para la dignidad, para la libertad política y para la deslegitimación del sistema. Si no puedo elegir, no voto. Reglas de juego democráticas y representativas de la sociedad.
Ni reaccionarios, ni conservadores. Revolucionarios.
Vicente Carreño Carlos
14 de Octubre de 2011