Principales obras de Marx

Principales obras de Marx

  • — 1841 Diferencias entre la filosofía natural de Demócrito y la filosofía natural de Epicuro. (Tesis doctoral)
  • — Crítica de la filosofía del derecho de Hegel.
  • — 1844 Manuscritos económico-filosóficos. (Publicados en 1932).
  • — 1845 Tesis sobre Feuerbach.
  • — 1847 Trabajo asalariado y capital.
  • — 1847 La miseria de la filosofía.
  • — 1848 Discurso sobre el libre cambio.
  • — 1849 La burguesía y la contrarrevolución (segundo artículo). Publicado en la Neue Rheinische Zeitung.
  • — 1849 Trabajo asalariado y capital.
  • — 1850 Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850.
  • — 1851-1852 El dieciocho brumario de Luis Bonaparte.
  • — 1853 La dominación británica en la India.
  • — 1853 Futuros resultados de la dominación británica de la India.
  • — 1854 La España revolucionaria.
  • — 1859 Contribución a la Crítica de la Economía Política.
  • — 1864 Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
  • — 1865 Salario, precio y ganancia.
  • — 1867 El Capital.
  • — 1871 La guerra civil en Francia.
  • — 1874 Acotaciones al libro de Bakunin El Estado y la Anarquía.
  • — 1875 Crítica al Programa de Gotha.

Obras escritas en colaboración con Engels

  • — 1845 La ideología alemana. (Publicada en 1932).
  • — 1845 La sagrada familia.
  • — 1848 Manifiesto del Partido Comunista.
  • — 1850 Circular del Comité Central a la Liga Comunista.
  • — 1871 De las resoluciones de la Conferencia de Delegados de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
  • — 1872 Las pretendidas escisiones de la Internacional.
  • — 1879 De la carta circular a A. Bebel, W. Liebknecht, W. Bracke y otros.

Hobbes contra Rousseau

Hobbes contra Rousseau: ¿somos buenos salvajes o lobos? Una solución inesperada

Las historias paralelas de Margaret Mead y Napoleon Chagnon arrojan una respuesta sorprendente al debate esencial acerca de la naturaleza pacífica o violenta de nuestra especie

AUTOR: DANIEL ARJONA
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CULTURAHISTORIANATURALEZAANTROPOLOGÍASTEVEN PINKER
TIEMPO DE LECTURA7 min
10.08.2017 – 05:00 H.

La antopóloga hizo las maletas y se mudó a Samoa en 1925. En aquella remota isla acariciada por la brisa del Pacífico halló gentes sencillas que recolectaban ñames, boniatos y bananas mientras los niños correteaban felices de un lado a otro. "A veces el sueño no llega al poblado hasta pasada la medianoche; entonces, finalmente solo se oye el plácido rumor de los arrecifes y los susurros de los amantes, y todo el pueblo descansa hasta el amanecer...". La admirada visitante concluía en su libro 'Adolescencia, sexo y cultura en Samoa' (1928): "Es un lugar donde nadie se juega la vida, ni paga un precio muy alto, ni sufre por sus convicciones o lucha hasta la muerte por un final especial". Margaret Mead había descubierto el Paraíso.

El historiador y sinólogo estadounidense
Samoa resolvía así una antigua y épica discusión sobre la naturaleza humana, la que enfrentó entre dos siglos a Thomas Hobbes y Jean-Jacques Rousseau acerca de si el hombre era intrínsecamente malo y violento y necesitaba del estado para domeñar sus instintos, como pensaba el primero, o por el contrario nuestra especie se mostraba bondadosa y pacífica de forma natural y era la sociedad la que la corrompía, como aseguraba el segundo. Hasta tal punto se convenció Mead de la victoria del ginebrino tras hallar al "buen salvaje" en Samoa que años después certificaba: "La guerra es solamente una invención". En 1969, cuando se jubiló del Museo Americano de Historia Natural, era la antropóloga más famosa del mundo y había demostrado, para satisfacción de millones de lectores, que el estado natural del ser humano es la paz.

Subyugado por la fuerza de aquellas ideas que sonaban a música celestial en los años del amor libre y las protestas contra la guerra de Vietnam, otro antropólogo americano se instaló en la frontera entre Brasil y Venezuela con la seguridad de encontrar nuevos y buenos salvajes entre las tribus yanomamis que la habitaban. No fue así. Lo que Napoleon Chagnon observó aterrorizado fue una violencia tenaz: maltratos familiares, venganzas personales constantes e interminables guerras y saqueos entre poblados vecinos. Tras dos décadas de acopio de estadísticas, Chagnon registró que aproximadamente una cuarta parte de los hombres yanomamis morían violentamente, y dos de cada cinco participaban en al menos un homicidio a lo largo de sus vidas. Peor aún, Chagnon llegó a la conclusión de que la violencia tenía su recompensa. De media, los asesinos eran padres de tres veces más hijos que los hombres que no mataban.

Los yanomamis

Aquello era demasiado. La Academia cargó contra Chagnon, fue acusado de pagar a sus informantes -lo que era cierto- y en 2002 el Comité Ejecutivo de la Asociación Antropológica Americana censuró oficialmente sus métodos de trabajo y rescindió su informe -lo que nunca había ocurrido. Más adelante, Chagnon llegaría a ser culpado de propagar el sarampión entre los yanomamis. Rousseau emergía una vez más triunfante.

Al Capone en Samoa

Pero entonces un investigador neozelandés llamado Derek Freeman que escudriñaba desde hacía tiempo en los archivos no publicados de Margaret Mead se percató de que la celebridad de la antropología lejos de aprender el idioma de los samoanos, de "comer con ellos y sentarse descalza y con las piernas cruzadas en el suelo de tierra", apenas había aprendido a pronunciar dos palabras del dialecto local y había vivido en un bungalow con un farmaceútico norteamericano y su familia sin dar cuenta de su identidad. Freeman llegó a la conclusión de que Mead había pasado por alto lo que los archivos policiales desde 1920 en Samoa dejaban claro: que la isla alcanzaba tasas de muerte violenta más altas que Estados Unidos -lo que no era poco, en la era de Al Capone.

"Y para empeorar las cosas, en una entrevista en 1987, Fa’apua’a Fa’amu (para entonces ya una tatarabuela, pero en 1926 una de las principales fuentes de información de Mead) confesó que ella y su novio Fofoa pensaban que Mead era tan cómica como los yanomamis veían a Chagnon, pero con una gran diferencia: Mead jamás se enteró de que los indígenas le tomaban el pelo. Avergonzada por la obsesión de Mead por el sexo, Fa’amu dijo que 'nos parábamos de soltarle una mentira tras otra'. 'Adolescencia, sexo y cultura en Samoa' se basó, así pues, en lo que un par de adolescentes fantaseaban acerca de sus hazañas sexuales".
En antropología, una isla paradisíaca de los mares del Sur tras otra resultó ser repulsiva y brutal

La cita es de 'Guerra: para qué sirve' (Ático de los Libros), el último título del historiador Ian Morris, una espectacular y paradójica defensa de la guerra como motor del progreso humano que llegará a las librerías españolas en septiembre.

Ya en 'Cómo funciona la mente' el psicólogo cognitivo Steven Pinker glosaba así la impostura de Mead: "En antropología, una isla paradisíaca de los mares del Sur tras otra resultó ser repulsiva y brutal; Margaret Mead afirmaba que la práctica indiferente del sexo hacía que los samoanos estuvieran satisfechos y no padecieran la lacra del crimen; luego se acabó demostrando que los jóvenes se aleccionaban unos a otros en la técnica de la violación.

Mead calificó a los arapesh como un pueblo 'bondadoso'; luego se demostró que eran cazadores de cabezas. Mead dijo que los tshambuli invertían sus papeles sexuales, los hombres se peinaban haciéndose rizos y se maquillaban; en realidad, los hombres pegaban a sus esposas, exterminaban a las tribus vecinas y consideraban el homicidio un hito crucial en la vida de todo joven varón que le permitía llevar aquella cara pintada que Mead había considerado tan femenina".

La paradójica respuesta

¿Pero entonces? ¿Hobbes o Rousseau? ¿Lobos o corderos? Lo paradójico, según argumenta Morris, es que somos lo primero... y gracias a ello nos hemos convertido en lo segundo. “Las sociedades se han hecho más grandes y se han pacificado internamente, la población y la riqueza han explotado, y la proporción de la humanidad que muere violentamente se ha desplomado. (...) La guerra ha hecho a la humanidad más segura y rica”.

Mientras que en la Edad de Piedra entre el 10 y el 20% moría por la violencia, en el siglo XX apenas habría perecido un 1/ 2% del total
El historiador defiende así, en la línea del citado Pinker o de Norberto Elias, Lawrence Keeley, Lewis Richardson, Azar Gat o Jared Diamond, que una montaña de datos reunidos a lo largo de la última década demuestran que el mundo es más pacífico de lo que nunca lo ha sido, que nunca han existido menos guerras ni menos crímenes.

Lo que ocurrió gracias al efecto "civilizador" de la propia guerra que erigió "estados leviatán" cada vez más grandes, pacíficos y prósperos. Mientras que en la Edad de Piedra entre el 10 y el 20% de los seres humanos morían a causa de la violencia, en el siglo XX -con su duplo de guerras mundiales-, apenas habría perecido un 1/2% del total. Harari resume a su vez el estado actual de la violencia en 'Homo Deus': "En 2012 murieron en todo el mundo unos 56 millones de personas, 620.000 a consecuencia de la violencia humana (la guerra mató a 120.000 personas y el crimen a otras 500.000). En cambio, 800.000 se suicidaron y 1,5 millones murieron de diabetes. El azúcar es ahora más peligroso que la pólvora". La tesis tiene por supuesto detractores como Christopher Ryan, Cacilda Jethá, John Horgan, Douglas Fry o los brillantes aguafiestas John Gray y David Rieff. Sus réplicas son interesantes, reconoce Morris, pero los datos juegan en su contra.
El ser humano se acostó hobbesiano y despertó rousseauniano, el bruto violento mutó en buen salvaje, la guerra interminable gestó la paz perpetua

2017 - Anónimo - ¿Qué quieren los repúblicos del MCRC?

El MCRC quiere para España separación de poderes y representación política, es decir una DEMOCRACIA REPRESENTATIVA. Para ello propone:

A) Los miembros elegibles del Poder Judicial serán elegidos en unas elecciones internas del mundo jurídico, en las que nada tengan que ver los políticos, con un presupuesto judicial independiente de los Presupuestos Generales del Estado, con su propia policía judicial donde el Ministerio de Interior no pueda meter la mano, y además suprimiendo el Ministerio de Justicia, para que el ministro de Justicia no pueda manipular a los jueces.

B) El presidente de Gobierno sea elegido directamente por los ciudadanos, votando estos a la persona que desean como presidente, y no a un partido político como sucede actualmente; es decir en unas elecciones presidenciales, por mayoría absoluta y a doble vuelta si fuera necesario.

C) Los Diputados serían elegidos en unas elecciones diferentes a las presidenciales, por supuesto separadas en el tiempo, bajo la forma de diputados por distrito uninominal, en la que los ciudadanos votarían directamente a uno de los candidatos a diputado de distrito, con nombre y apellidos, que se presentaran, y no al partido político como sucede actualmente. También por mayoría absoluta y a doble vuelta si fuera necesario; además en cada distrito electoral existiría una OFICINA DE CONTROL DEL DIPUTADO, que vigilaría lo que el diputado hace informando a su distrito, y si los miembros de su distrito estiman necesario echarle, pueden hacerlo sin esperar que haya nuevas elecciones.

Es la forma de gobierno inventada por EEUU en 1787 con alguna mejora. Esto es lo que quiere el MCRC, y una vez lo consiga, está establecido en los estatutos que se disuelve.

Comentario Anónimo del 5 de agosto de 2017

La Riqueza de Inglaterra por el Comercio Exterior.

LA RIQUEZA DE INGLATERRA POR EL COMERCIO EXTERIOR Thomas Mun (1571 – 1641)
Capítulo II Medios para enriquecer este reino y para incrementar su tesoro.
... Los medios ordinarios, por tanto, para aumentar nuestra riqueza y tesoro son por el comercio exterior, por lo que debemos siempre observar esta regla: vender más anualmente a los extranjeros en valor de lo que consumimos de ellos. Supongamos que cuando este reino está abundantemente abastecido con telas, plomo, quincalla, hierro, pescado y otros productos nativos, exportemos anualmente el excedente a países extranjeros hasta el valor de dos millones doscientas mil libras esterlinas; por este medio estamos en posibilidad de comprar de ultramar y traer mercancías extranjeras para nuestro uso y consumo hasta el valor de dos millones de libras esterlinas. Conservando este orden rígidamente en nuestro comercio, podemos estar seguros de que el reino se enriquecerá anualmente con doscientas mil libras esterlinas, que se nos deben traer en otro tanto de tesoro, porque la parte de nuestro patrimonio que no nos sea devuelta en mercaderías debe necesariamente regresar en dinero.
Capítulo IV
La exportación de nuestra moneda en cambio de mercancías es un medio de aumentar nuestra riqueza...
3.. No tenemos otros medios para conseguir riqueza sino el comercio exterior, pues no tenemos minas que nos la proporcionen, y ya he explicado cómo este dinero se obtiene en el manejo de nuestros dicho comercio, que se hace procurando que nuestros artículos que se exportan anualmente superen en valor al de los artículos extranjeros que consumimos, de suerte que solamente falta demostrar cómo nuestra moneda puede agregarse a nuestras mercancías para que sea exportada junto con ellas y pueda aumentar nuestra riqueza en otro tanto.
Cuando hemos preparado nuestras exportaciones de mercancías y hemos dado salida a otro tanto de cada cosa como podamos disponer o vender en el extranjero, no se afirma.. que.. debamos agregar nuestro dinero para que entre más inmediatamente, sino más bien que primero debemos aumentar nuestro comercio permitiéndonos traer más artículos extranjeros, los cuales siendo exportados nuevamente traerán.. un gran aumento de nuestra riqueza.
Pues aunque de esta manera efectivamente multipliquemos cada año nuestras importaciones para el sostenimiento de más navíos y marineros y para el mejoramiento de los derechos aduanales de Su Majestad y otros beneficios, sin embargo, nuestro consumo de esos artículos extranjeros no es mayor de lo que ya era antes, de tal manera que dicho incremento de mercancías importadas por medio de nuestro dinero efectivo remitido al exterior, como se asienta antes, a fin de cuentas viene a ser una exportación a nuestro favor, de mucho mayor valor del que tenía nuestro dinero.
Porque sucede con el patrimonio del reino como con la hacienda de un particular, que teniendo almacén de artículos no dice sin embargo que no se arriesgará o traficará con su dinero (pues esto sería ridículo), sino que también lo convierte en mercancías, con lo que multiplica su dinero y así, por un continuo y ordenado cambio de uno a otra, se enriquece y cuando le conviene convierte todas sus propiedades en tesoros, porque los que tienen mercancías no padecerán falta de dinero.
Capítulo XXI Conclusiones acerca de lo que se ha dicho respecto a la exportación o importación de riquezas. Considerad, pues, la verdadera forma y valor del comercio exterior, el cual es: la gran renta del rey...

Hecho nacional

Hecho nacional y conciencia de España.
Antonio García-Trevijano.

CONCLUSIONES

primera. En España existe una cuestión catalana y una cuestión vasca -y por el camino que vamos existirá una cuestión gallega- que están sin resolver. La naturaleza de esta cuestión, fácil de entender y dificil de solucionar, está determinada por hechos objetivos definibles y por sentimientos indefinibles.

Segunda. Los hechos objetivos son: una lengua diferente de la española, unos derechos forales distintos del derecho común, una cultura lingüística diferenciada (literaria en Cataluña y Galicia), una frontera con estados extranjeros y un movimiento minoritario de resistencia a la soberanía del Estado español, que se transforma en partidos políticos cuando tiene la libertad de hacerlo. También es un dato objetivo que este movimiento, con avances y retrocesos, tiene ya una antigüedad centenaria.

Tercera. Los sentimientos indefinibles están expresados a través de la ideología nacionalista, cuya creencia está basada en una hipótesis indemostrable: que Cataluña, País Vasco y Galicia son naciones como España; en una falsedad descriptiva de la realidad que a diferencia de la nación española esas tres naciones, llamadas en la Constitución nacionalidades, están separadas del Estado español, que sólo las domina por su fuerza institucional (soberanía); y en una ambición tan irreal como irrealizable: que el autogobierno o la independencia son los únicos modos de unir a esas tres naciones con sus propios estados.

Cuarta. El Estado ha intentado resolver sucesivamente el problema de las nacionalidades con tres soluciones generales a toda España y una solución particular a esas tres nacionalidades. La solución general de la República federal se disolvió en la anarquía. La solución general del Reino totalitario se disolvió al terminar la represión de la dictadura. La solución particular de la República de los estatutos funcionó bien en Cataluña y País Vasco hasta la Guerra Civil. La solución general de la Monarquía de las autonomías ha fracasado como terapia política de los nacionalismos periféricos y ha levan tado, donde no los había, sentimientos y ambiciones incompatibles con la conciencia de la unidad nacional de España. Esta experiencia demuestra que la solución o es particular para las fuentes del conflicto o no es solución. Queda descartada así la solución del Estado federal para toda España. El señor Pujol en esto, tiene razón.

Quinta. El terrorismo de ETA, como el de una guerra civil sin enemigo, es una aberración moral que oculta el realismo de su análisis: la independencia sólo puede ser un botín de guerra arrancado por las armas al Estado. Sin desearlo, el nacionalismo bélico se está inmolando al nacionalismo pacífico para que obtenga éste un protagonismo político y unas concesiones autonómicas que no conseguiría sin utilizar el miedo a la violencia. La diferencia entre el nacionalismo radical y el moderado no está en los fines, sino en los medios para alcanzar lo mismo.

Sexta. EI nacionalismo pacífico se propone alcanzar su objetivo de autogobierno (que nadie sabe lo que significa) o de independencia por vía de negociación con el Gobierno del Estado. Como armas de persuasión necesita manejar tres factores: un clima de miedo, de exasperación o de cansancio ante la inevitabilidad del terroris nacionalista; una ingobernabilidad del Estado sin el concurso del nacionalismo periférico; una progresividad de la oposición al Estado desde las instituciones autonómicas y desde la sociedad cultural diferenciada, mediante un acuciante apremio de transferencias de más y más competencias.

Séptima. El nacionalismo pretende legitimar su objetivo de autogobierno o de independencia con el ejercicio del derecho de autodeterminación y con el reconocimiento de la soberanía de la Corona. El derecho de autodeterminación, como expresión de una comunidad cultural, es la idea socialdemócrata que inspiró el paneslavismo, el sionismo ruso y el fascismo. La soberanía del Rey en esta Monarquía parlamentaria es puramente simbólica.

octava. El criterio político de la transición destruye la conciencia de la unidad nacional de España, fomenta la falta de ideales de la cultura posmoderna, hace de la corrupción un factor de gobierno y priva a los españoles -sin libertad de elegir y de controlar a sus gobernantes de medios políticos para impedir que el Estado de partidos y de autonomías altere la realidad histórica del hecho nacional.

Novena. La solución a la cuestión de las nacionalidades es insepa- rable de la solución democrática a la crisis del Estado de partidos y de autonomías. Si el nacionalismo periférico, además de auténtico, fuera democrático, no podría aceptar que sea el Estado el que lo institucionalice desde arriba. Ha de ser la diferencia la que organice la diferencia sin cambiarla de naturaleza y de abajo arriba. La libertad política de los ciudadanos puede federar poderes locales y municipales en instituciones de poder regional. Pero la descentralización del Estado por razones democráticas no permite establecer privilegios entre las regiones. Esta es la única síntesis posible de la democracia con el nacionalismo.

Décima. La solución democrática a la particularidad de Cataluña, País Vasco y Galicia es imposible sin la libertad política de los españoles, quienes gozan de las demás libertades públicas, incluso la de votar a listas de partido, para que puedan creerse libres en un estado de servidumbre voluntaria. Mientras los habitantes de Cataluña, País Vasco y Galicia continúen, como el resto de los españoles, en situación de servidumbre voluntaria, el nacionalismo gobernante carece de legitimidad para hablar en nombre de ellos.Y las autonomías no dejarán de ser expresiones feudales, histórica y socialmente reaccionarias, de los intereses y ambiciones de poder de puras oligarquía regionales.

Undecima. Sólo un régimen presidencialista de Gobierno en el Estado puede hacer compatible la unidad nacional de España con autonomías específicas de Gobierno parlamentario en las tres nacionalidades lingüísticas, y con federaciones municipales que descencen y absorban la burocracia de las demás autonomías, bajo la norma de igual tratamiento estatal de las regiones.

1324 - Marsilio de Padua - Defensor Pacis

Casiodoro, en la primera de sus cartas, en el pasaje citado, expuso las ventajas y frutos de la tranquilidad o paz de los regímenes civiles, queriendo, al poner en éstos, como los más preciados bienes, lo mejor para el hombre, a saber, lo necesario para su vida, que sin la paz y tranquilidad nadie puede conseguir, espolear las voluntades de los hombres para tener paz entre sí, y de ahí la tranquilidad.

Así, a todo reino ha de ser deseable la tranquilidad, en la cual los pueblos progresan y se asegura la utilidad de las naciones.

Pero como los contrarios originan los contrariosAristóteles, Política, 1. 5, c. 8; 1307 b 29.], de la discordia .. sobrevendrán al régimen civil o reino cualquiera resultados e inconvenientes pésimos, como se puede bien ver y es a todos patente en el mismo reino itálico.

Pero como los contrarios originan los contrarios .. En el reino itálico, mientras sus habitantes convivieron pacíficamente, gozaron dulcemente de los frutos de la paz. Pero surgida entre ellos la discordia y la pelea, con innumerables trabajos y conflictos, fue vejado su reino y sometido al imperio de naciones extrañas y enemigas.

Yugurta: con la concordia las cosas pequeñas crecen, con la discordia las más grandes se desbaratan.