2010 - El Capitalismo necesita pobres

En la primera mitad del siglo XX, United Fruit poseía vastos conjuntos de tierras de cultivo o potencialmente arables en Guatemala. La compañía sólo utilizaba el 10% de lo que poseía. A comienzos de los cincuenta, la incipiente democracia liderada por Jacobo Arbenz Guzmán decidió comprar algunas de estas tierras desocupadas, vendiéndolas a precios razonables a los ciudadanos más pobres del país. A cambio de pagos distribuidos a lo largo de muchos años, el gobierno estaba dispuesto a repartir tierra a los campesinos(4) de forma tal que ellos pudiesen adquirir la posesión.

United Fruit se opuso a este plan y comenzó a estimular la paranoia de John Foster Dulles. Los gerentes de la United Fruit dijeron que distribuir la tierra a los campesinos sonaba a reforma agraria. Y reforma agraria sonaba a comunismo, una amenaza comunista en Centro América. Dulles y la CIA unieron las fuerzas derechistas en Guatemala y apoyaron una invasión desde Honduras. Hicieron tambalear el gobierno de Arbenz y proscribieron el partido comunista. El nuevo régimen, apoyado por los Estados Unidos y dirigido por Armas, encarcelaba a cualquiera que ellos estimasen opositor, facilitando las cosas a la United Fruit.


United Fruit no necesitaba realmente las vastas extensiones de terreno que no utilizaba. Lo que precisaba era trabajo barato y socialmente desprotegido. Un campesino con una pequeña familia, disponiendo de su propia porción de tierra, no hubiera necesitado venderse a sí mismo y a su familia, cayendo en la esclavitud económica y el trabajo diario. Lo que quería United Fruit era mantener al pobre estrechamente dependiente del trabajo en las grandes compañías y plantaciones.